Enero 2011 Jueves 27
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Buenos días Los mios van a toda pastilla. El estrés puede presentarse de muchas maneras. Lo normal es ir todo el día acelerada y con la terrible sensación de que hay mil cosas por hacer y solo tres minutos para hacerlas todas. A veces, sin embargo, mi estrés me juega malas pasadas y se transforma en situaciones surrealistas más propias de un chiste que de la vida real. Eso me pasó el martes, mientras impartía clase de violín a uno de mis alumnos. Estábamos tocando un dúo, muy concentrados los dos.
Mientras el sonido de los dos violines llenaba el aula yo oía un "plop plop plop" que en cierto modo resultaba molesto, pero no quise interrumpir la clase. Seguíamos tocando y no me sacaba de encima ese insistente "plop plop plop". Miré a mi alumno de reojo. Él no parecía oír ese inoportuno ruido y seguía muy atento a su partitura. El dichoso ruido empezaba a intrigarme. "plop plop plop". Tuve que parar y extrañada, le pregunté a mi alumno:
"No oyes una especie de ruido?".
Bueno, lo que viene es realmente descabellado. Miré hacia abajo. Mi pie, que había estado marcando el compás, seguía, rítmicamente, haciéndolo. "Plop plop plop".
Ese era el ruido que yo oía. Y lo estaba produciendo yo misma.
Es más...continuaba realizándolo mientras formulaba la pregunta a mi alumno. Absurdo no es suficiente adjetivo para describir el momento.
Así que si alguna vez oís ruidos misteriosos a vuestro alrededor, no penséis que estáis viviendo una situación extraña y tenebrosa, observaros a vosotros mismos y haceros la pregunta: "¿Seré yo el raro?"
IBEL
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Jueves 27 de Enero 