Mayo 2011 Miércoles 18

Publicado en por Ibel

 

 

 

Mis amigos me conocen. Saben que a mi pregunta de:

"¿Te gustan los niños?" si hay una respuesta afirmativa por parte de ellos, yo, invariablemente digo:

 


"Perfecto! Yo tengo dos ¿los quieres? Te los regalo!"

 

Ellos sonríen:

 
"¡Bah!...eso lo dices ahora, pero nunca serias capaz"

y yo me sorprendo a mi misma pensando "mmmm...¿seguro?"

 

Bueno, claro que no voy a regalarlos... ¡con lo que me han costado! pero un par de días (o tres, o cuatro) sin ellos (Santos Abuelos, Santas Colonias de Verano...) es algo que solo las madres sabemos disfrutar plenamente.

 


A veces, cuando voy por la calle y veo a una chica embarazadísima, con una perenne sonrisa en sus labios, con ojos brillantes de felicidad, acariciándose la barriga (¿por qué hacen eso las mujeres embarazadas?) me entran unas terribles ganas de ir hacia allí y decirle:

 


"¡Deja de sonreír! ¡no sabes lo que te espera! Tu instinto nunca va a dejarte en paz. Nunca volverás a ser la misma por mucho que lo intentes."
Pero ella ya sabrá eso más adelante, por si misma.

 


Recuerdo que una vez... (creo que expliqué esta anécdota en otra ocasión...Foro, Facebook, Blog, tertulia de sobremesa... pero vais a disculparme, me hago mayor y me tomo la licencia de repetirla) pues, como decía, una vez estaba en un restaurante, acabábamos de comer, mi marido estaba pagando la cuenta y yo estaba en la entrada, con mis revoltosos trescientos hijos (ah! no! eran solo dos) que se entretenían jugando con la puerta.

 


Sí, sí, lo sé. No debería dejarles hacer eso. De hecho, nunca les dejo hacer ese tipo de trastadas, pero ese día yo estaba literalmente agotada.

 

Me veía a mi misma mirando hacia ellos, pero sin verlos.

Ojos que no ven, madre que no se siente culpable.

 

A mi derecha otro matrimonio, con hijos, aguardaba turno para sentarse en una mesa.

 


El hombre miraba hacia mis díscolos hijos con desaprobación.

Yo seguía mirando al vacío.

 


La mujer, parecía una copia de mi misma.

De hecho, las dos estábamos en la misma posición y con la misma mirada vacía.

 

Sus dos hijos estaban haciendo trastadas en otro sitio, pero más disimuladamente.

 

 De repente, el hombre se acercó a mí.

Llevaba un buen rato mirando el juego puerta/niños y al parecer se vio obligado a actuar como padre (de otros) "responsable" y poner fin a la travesura peligrosa.

 


Me miró con algo que me pareció unos ojos severos y me preguntó:

 

"¿Son tuyos estos niños?"

 

yo le miré, con mi mirada vacía e inexpresiva y contesté:

 


"Sí. ¿Los quieres?"

 

El hombre se escandalizó con mi respuesta y siguió diciendo algo sobre que si es peligroso que jueguen con la puerta que se van a pillar los dedos que están molestando que bla bla bla pero yo solo tenía ojos para la mujer que de repente empezó a reír, con complicidad, con simpatía.

 

Las dos nos miramos y las dos entendimos.

 

No es lo mismo ser padre que ser madre. De eso ya hablaré otro día.

 

Yo, como mi tía Isabel, a la que los graciosos de mis hermanos dicen que me parezco.

 


Cuando mi tía Isabel decía:

 


"A mí me gustan mucho los niños"
mi madre solía replicar:

 
"¡sí! te gustan... ¡fritos!"

 

Y eso me recuerda otra anécdota (aún seguís aquí?)...

 


Mi abuela, solía decirle a mi madre, cuando ella era pequeña (y parece ser que era tremenda):

 


"¡¡Qué ganas tengo de que tengas 80 años!!"

 

Mi madre me explicó eso hace años y yo me sorprendí.

 


Ayer me sorprendí de nuevo diciéndoles la misma frase a mis cuatrocientos veinticinco mil hijos.

 

(Es ese tipo de frases que pasan de generación en generación. Qué ganas tengo de oírla por boca de mis hijos a mis nietos)

 
(Por cierto, ser madre y ser abuela tampoco es lo mismo, pero de eso, también, hablaré otro día)

 


Oscar tiene respuestas para todo:

 

-"Mamá, cuando yo tenga 80 años seguiré viviendo contigo"

 


-"glups"

 


-"es que te quiero mucho y siempre quiero estar contigo"

 


-"re glups"

 


Tuve que hacer de madre amantísima y dar las debidas explicaciones (e instrucciones)

 

-"Mira cariño, cuando tu seas mayor, seguro que encontrarás a alguien con quien quieras compartir tu vida, una chica, un chico, un perro...y tendrás tu propia casa"

 

Él reflexionó unos instantes y respondió:

 

-"De acuerdo, Ya lo entiendo. Entonces me compraré una casa al lado de la tuya para estar contigo todo el día"

 

-"de nuevo glups"

 

 

Bueno, lo cierto es que eso tiene su encanto. Claro. Tiene 9 años.

 

Cuando él tenga 18 voy a copiar todas sus frases y sus promesas y las colgaré en el muro de su Facebook.
Vamos a ver como reacciona.

:-P

 

La conversación terminó con una surrealista pero hermosa frase:

 

"Es que te quiero mucho, mama, porque tú eres mi única mejor madre"

 

Frase que tiene múltiples interpretaciones pero yo me quedo con la mejor.

 

¿Veis? Mis instintos han vuelto a ganar.

 

Ibel 0 Madresolohayuna 1

 

Etiquetado en Buenos dias Comunidad

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