Septiembre 2010 Lunes 13

Publicado en por Ibel


Muy buenos dias.


Hoy, para empezar la semana con buen pie os propongo profundizar en el misterioso e interesante mundo del oráculo chino conocido como I Ching, nombre que le viene como anillo al dedo y suena a chino, como debe ser.

El propósito de tal oráculo es el de "reflejar los cambios que operan constantemente en todos los niveles del universo" lo cual le da un aire de sofisticación increíble.

Traducido, viene a ser que sirve para enterarnos de qué va a pasar. En fin. Nada nuevo, visto desde este punto de vista.

Yo no es que domine mucho el tema, pero ayer tuve una buena ocasión para predecir mi futuro y, oye, acierta que es una barbaridad.


Voy a daros unas cuantas instrucciones para que podáis consultar y vaticinar vuestro porvenir.

Prestad atención que no es fácil.

Normalmente se utilizan una especie de varillas que se lanzan con cierto alborozo y alegría al aire y caen de manera totalmente desorganizada por todos lados. También se pueden utilizar monedas, pero no tiene tanto encanto.



El consultante tiene que formular una pregunta y según el resultado de una serie de fórmulas matemáticas que a continuación os voy a explicar si es que aguantáis el palique, el libro del I Ching te ofrece unos consejos que nada tiene que ver con un sencillo y claro:

"Va a usted a coger tal cogorza el próximo fin de semana, que no va a poderse a mover de la cama en tres dias"

sino que son frases metafóricas que ríete tú de los escritores del Barroco y cuya interpretación da para mucho:

"Todo lo que se lleva hasta el extremo, cae en la desventura."

Clarísimo.

Vamos a por ello.

Lanzad despreocupadamente unas 50 varillas y anotad cuidadosamente los resultados de tal desorden.

El reparto de varillas consiste en la separación de cuarenta y nueve tallos en dos grupos haciendo intervenir el azar en ello.
Primeramente para llegar a los cuarenta y nueve tallos hemos invocado activamente a lo celestial al separar un tallo de los cincuenta iniciales y llegar así a: 7 x 7 = 49.


Luego solicitamos la manifestación del saber sobre el núcleo central de la situación planteada al oráculo a través de la bipartición aleatoria, en lenguaje psicológico sería el llegar a conocer Ia constelación arquetipal más profunda que está subyacente en nuestra situación actual con lo que podremos saber hasta un cierto punto cómo se desarrollarán las cosas.
La varilla  que separamos del montón derecho luego de la bipartición, y que integrará la cuenta a realizarse luego, nos dirá simbólicamente de la posición del hombre atravesado por el yin y el yang
. (¿Aún estáis aquí?)

Finalmente apelamos en el doble concepto de: número en progresión ? número en regresión, a este último para pasar de una multiplicidad que nos desorienta a una significación única relacionada a nuestro centro y esto lo hacemos con el proceso de separación de varillas (4 por vez) descarte por el que obtendremos una unidad numérica de valores 4, 3, 2 ó 1.

(No es broma...es así!)

Siguiendo con el procedimiento, el resto de la separación de varillas en ambos montones, más la que simboliza la posición del hombre, lleva a un número suma que puede ser 5 ó 9 si es el primero en la serie de tres descartes vinculados ó 4 u 8 si no lo es.
Obtenemos nuevamente una unidad partiendo de tres números, a través del proceso de suma.

(Paciencia...que queda poco)


Los números obtenidos 4 ó 5 tienen un valor masculino 3 porque la totalidad 4 está en ellos contenida una vez.
Los números obtenidos 8 ó 9 tienen un valor femenino 2 porque la totalidad 4 está en ellos contenida dos veces.

Necesitamos repetir tres veces
(¿ein?) la operación para obtener una línea del hexagrama.


El hexagrama es el que después hemos de consultar para que nos diga qué futuro nos espera después de tantas horas calculando, sumando y restando. "Va Ud a ser un matemático de primera" sería una buena respuesta.

Bueno, como seguramente habéis llegado hasta aquí con serias dificultades y con el mismo conocimiento sobre el oráculo que teniáis al principio, yo voy a poneros de ejemplo mi experiencia de ayer.

Inspiradísima estaba yo ayer.

A punto de ir a preparar la cena, abrí un paquete de Spaguettis (unos 100 que debía haber en el paquete, pero eso no es demasiado importante) y todos fueron a parar al suelo de la cocina.

Lejos de desesperarme, intenté buscar la oportunidad que se me presentaba para leer mi fituro con mis varillas-spaguetti y el resultado fué asombroso.

Los hexagramas consultados me dijeron que:


"Todos los intentos esforzados y sin razón conducen al fracaso. Es preciso contar con una persona de cierta experiencia para llevar el cometido".

Lo que significa que soy una patosa redomada y que suerte que mi marido me ayudó a recoger el desbarajuste organizado.

"El niño observa desde lejos con inocencia las cosas sin poder comprender".

Fácil interpretación: mi hijo Oscar se partía de risa viendo tal desagisado

"Contemplarnos a nosotros mismos, determina optar por el avance o retiro".


Clarísimo: hoy no cocino spaguettis.

"Las dificultades son precedidas de una victoria. La multitud lo festeja y logra la unión".

Finalmente llamamos a un Tele-Pizza  y mi feliz y bulliciosa familia lo celebró la mar de contenta.

 

Lo dicho: no hay nada más interesante que conocer tu futuro. Yo sé que a partir de ahora, los paquetes de Spaguettis y yo somos enemigos acérrimos.

IBEL

Etiquetado en Buenos dias Comunidad

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