Noviembre 2009 Viernes 13

Uuuuh... Viernes 13.

En algunos sitios esa fecha está considerada de mal augurio, vaya, que da como un Cous-cous, tal como diría Hugo Lombardi. Es fácil adivinar qué serie estoy viendo (¿por novena vez?) últimamente.

Para compensar tan funesta fecha, he puesto música de lo mas calmada y relajante.

Ayer, en el hilo diario, entre otras cosas, hablábamos de delicioso anis.

Yo recordé una anécdota que suele explicarme mi madre, cuando mi abuela le daba un par de cucharadas (soperas, of course) de anís con limón para el dolor de estómago.

A mi madre se le curaba ese mal y todos los males habidos y por haber con semejante remedio.

Por cierto, que mi abuela calmaba su dolor de muelas con coñac, con el que hacía unas interminables gárgaras. Sospecho que se tragaba posteriormente el líquido, porque el dolor de muelas pasaba a mejor vida inmediatamente.

Yo he recordado, además, lo que mi madre, solía darme para merendar en la tierna e inocente época de mi niñez.

 Nada mas y nada menos que pan con vino y azucar. "Pa amb vi sucre" que le llamamos aquí.

Algo increíblemente delicioso y del todo impensable en la actualidad.

No quiero ni imaginarme lo que me caería a mí si le diera esto a Oscar y Arnau.

Como de costumbre, cualquier timpo pasado fué mejor, sin tantos escrúpulos ni tanto tiquismiquis.

Eso decía mi bisabuela, lo decía mi abuela, lo sigue diciendo mi madre, y ahora, por supuesto lo digo yo y Oscar lo dirá cuando llegue el momento de decirlo.

Pa amb vi i sucre. Un refrigerio de lo mas sabroso.

También recordé otra deleitosa bebida con la que mi madre solía curarme... no se de qué, pero seguro que sanaba a la primera: El Agua del Carmen. Asombroso licor que acompañaba siempre con un dulce terrón de azucar.

Esa bebida debería estar incluída en la mas selecta carta de líquidos preciosos. ¿Aún debe existir ese néctar exquisito? Hoy mismo voy a la farmacia y pido litro y medio.

Mi chupito de anis de hoy lo sustituiré por un chupito de "Agua del Carmen"

Claro que también vino a mi memoria otras bebidas no tan agradables y sí algo repugnantes, como el Agua de Carabaña.

Mi madre bebía su vaso diario de tan espeluznante líquido.

Yo por suerte seguí el consejo de mi abuela, que debía tener el paladar mas fino, y he sustituido las cualidades asombrosas del Agua de Carabaña por mi zumo de limón caliente, en ayunas. Menos nauseabundo y mas llevadero.

Voy ya mismo por mi Agua del Carmen. Hoy mi merienda será a base de Pa amb vi i sucre y terminaré con un terrón de azucar bañado en esa agua milagrosa.

Por la noche tengo concierto y ya me veo cantando "Desde Santurce a Bilbao" con desparpajo.

Besos a todos y muy feliz día

IBEL