Abril 2010 Martes 20
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Buenos dias a todos. Después del descanso que mi cuerpo merecía, hoy me siento...peor, Jajajaja. La Adrenalina que ayer llevaba a cuestas me hacía funcionar a mil por hora. Hoy voy ralentizada. Es curiosa la manera en la que el estrés nos afecta. A mí me carga las pilas de manera asombrosa, sin embargo a otras personas les puede dejar totalmente distráidos y casi anestesiados. Hablo de Juanjo. Esta vez voy a explicar una anécdota de él. Tiene miga la cosa. Mi compañero sentimental es un hombre ocupadísimo. Pasa horas con el pinganillo del teléfono colgado en la oreja y abriendo y cerrando tratos con clientes y proveedores informáticos. Eso, junto a su eterna corbata, crean una imagen de lo más sexy. No se puede ser mas ejecutivo agresivo. En ocasiones pasa sus buenos 15 minutos colgado a ese pequeño aparato "Érase un hombre a un pinganillo colgado, érase un pinganillo superlativo..." y muchas de esas veces responde con monótonos: "Sí" "Mmmmm" "De acuerdo" "Claro" de esos que hacen sospechar que no está atendiendo 100 por 100 a su interlucutor. Conmigo, que no soy ni cliente ni proovedor, hace exactamente lo mismo. A veces le llamo para soltar mi estrés diario: "¿Sabes lo que me ha ocurrido hoy? Estoy que me subo por las paredes... Resulta que fuí a comprar y la chica del supermercado no me dejó entrar porque llevaba una mochila y patapim y patapam..." Él contesta con lacónicos "Sí" "Mmmmm" "De acuerdo" "Claro" y en ocasiones suelta su típico: "Venga idiota (recordad que ese es uno de los motes cariñosos que se utiliza en mi familia) no te preocupes..." El caso es que una vez, mi marido recibió la llamada de una cliente que estaba bastante furiosa a causa de no se qué problema y se pasó un buen rato quejándose desde el otro lado del teléfono. La chica, segun Juanjo, no paraba de quejarse y de soltar, enfurecida, todo el lastre que llevaba encima. "...y eso no puede ser porque vosotros prometistéis un plazo de entrega que no se ha cumplido y nuestra empresa necesita ese proyecto para trabajar y patapim y patapam..." Mi esposo respondía con sus habituales "Sí" "Mmmmm" "De acuerdo" "Claro" y por algun extraño suceso de conexión entre su subconsciente y su rutina habitual, añadió: "Venga idiota, no pasa nada" Por supuesto que la chica debió quedarse helada al escuchar esto y mi pobre marido, dándose cuenta del terrible error cometido, empezó a pedir mil disculpas de todas las maneras posibles . Pero algo debió funcionar bien, porque la chica le encontró el lado gracioso a la absurda situación y de repente se le fué el mal humor y se puso a reir ante tamaño despiste. Las negociaciones fluyeron positivamente a partir de ese momento.
Mil besos y muy feliz martes IBEL
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Hoy es Martes 20 de Abril 
